18/06/2016 – Señoras y señores 20 de Diciembre, 2015 y 180 días más

Señoras y señores 20 de Diciembre, 2015 y 180 días más

La decepción nunca pone fin a la historia. Ésta, sin lugar, a dudas es el comienzo de una nueva andadura. Al reconocer su existencia nos fortalecemos y con ello podremos enfrentarnos a nuevos retos, capaces de superar cualquier etapa anterior. 

Una vez que Rinu decide informar al mundo su punto de vista, con paso firme, y sin necesidad de protagonismos, busca un lugar donde sentarse y reflexionar sobre sí mismo. 

Ser aprendiz, compañero y maestro, definición que le da al recorrido de su vida, no le hacen ni más ni menos que a cualquier otra persona, pero le lleva a mirar el baile de deslumbrantes colores de los últimos días, con cierto escepticismo y empieza a pensar:

“Ahora me explico por qué donde me he sentado hay tanta gente descansando. Sólo espero que sean capaces de moverse, creo que así correrá mejor el viento y arrastrará las impurezas.

En este lugar, estoy oyendo un murmullo tan amplio que da la sensación de ser el sonido de una gran orquesta con notas musicales muy diversas pero con una melodía muy común. Da la impresión de que todos se hubieran puesto de acuerdo en la misma entonación a pesar de las diferencias entre unos y otros.

Como siempre mi deseo es trabajar y, ahora más que nunca, buscaré en los recovecos más ocultos del pensamiento humano lo que nos une. El mundo está en constante cambio y requiere de un gran esfuerzo colectivo, consciente de que para ello todos tenemos que aprender a ceder en un recorrido colectivo y así hacer posible una sociedad más libre y fraternal.

Me concentro en lo que pasa a mí alrededor. Comprendiendo que es un deber comunicarme con toda aquella gente que de buena fe está descansando. Mi cabeza empieza a darme ideas para ver cómo podrían escucharme. Al fin doy con un pensamiento que para mí es importante: dirigirme a ellos con la palabra “hermano”. Para algunos resultará sorprendente, pero estoy convencido de que reflexionarán sobre ella y conseguiré movilizar su atención.

La clave del fin perseguido es entendernos y hacer posible que el eco de nuestros sentimientos llegue a ese edificio gris que con sus columnas, leones y una enorme puerta, da la sensación de estar algo oxidado. Seguro que con una buena mano de pintura de diversos colores, a imagen de los del arco iris, quedaríamos convencidos de que no hay ser humano que no le guste contemplar esta maravilla de la naturaleza. Con este cambio, se daría la catarsis del I+D en lo humano y serían conscientes de que lo que está dentro es igual que lo que está fuera.

Ahora hay que ponerse manos a la obra. Las palabras se las lleva el viento y deseamos que toda esta multitud mantenga limpios sus conductos auditivos. Es de dominio público que los sentidos bien estructurados dan mejor resultado. Si se diagnostica que hay enfermedad en ellos, tendremos que mandarlos al mejor médico especialista. Éste tiene una puerta tan grande como una piel de toro extendida y en la puerta tiene un rótulo con su nombre y apellido, Dr. Airoyam Multitud, y un árbol genealógico que se pierde en el origen de los tiempos. 

 Este Dr., con tan larga andadura, es capaz de curar cualquier enfermedad con un simple giro, sacando un sobre de uno de sus bolsillos. También para asegurarles su identidad les mostrará la cartulina de plástico que guarda junto a su pecho. Con dos pasos adelante y uno atrás se sitúa en el sitio adecuado y coloca el sobre en una caja transparente.

Todo este trasiego es parte del medicamento. Cuando abren el sobre la receta explica el tratamiento: separar el grano de la paja y amasar un buen pan sin aditivos. Además este alimento te hará fuerte para afrontar con valor el presente y asegurar un futuro mejor.

Diagnóstico: creación de angustia al prójimo y no darte cuenta de que tu cerebro está embotado y que al final sólo te torturas a ti mismo. 

Una vez aclarada la situación, me dirijo a ellos con voz pausada. Somos mayoría y afrontemos con valor el presente. Mandemos un mensaje que les recuerde nuestra mayoría de edad. Para nosotros estos son momentos de claridad y, por lo tanto, hemos aprendido lo que tenemos que rechazar.

Si no os importa, de pie y desde el suelo que pisamos, lanzo mi voz que junto con la vuestra será el sonido de una sola garganta:

Deciros, en primer lugar, que tomemos conciencia de que somos mayoría, también es importante conservar la capacidad de pensar por sí mismo, y dejar el orgullo fuera de nuestros pensamientos, ya que puede destruir nuestras mejores cualidades.

En este contexto, con las ideas muy claras y un buen método, podremos llegar no sólo a ser personas más libres sin ningún tipo de alienación. También será posible crear una sociedad más justa que facilite compartir un proyecto común para todos.

Por lo tanto, trabajaremos como ciudadanos responsables imbuidos de los valores y principios democráticos, de Libertad, Igualdad, Fraternidad y libres para manifestar que la democracia es el fundamento de nuestro orden constitucional, que concibe el poder público al servicio de los ciudadanos y nunca como una representación de una comunidad parcial, sea esta religiosa, partidista, clasista o cultural.

Desde este punto de vista democrático, la soberanía recae sobre los ciudadanos libres e iguales que deciden sobre legitimidad y ejercen el control del poder político, sin que deba tenerse en cuenta para ello ninguna otra condición, como ser la pertenencia religiosa, filosófica-doctrinaria, categoría socio-económica o étnica o cultural.

El estado democrático y aconfesional es la garantía de la existencia de una sociedad estable y plural, donde sus integrantes puedan adherirse en libertad a las doctrinas religiosas, filosóficas o morales de su interés y convivir en paz.

Desde este punto de vista, los valores que la democracia fomenta, son el pluralismo y la tolerancia, principios rectores de ésta. Ello implica cerrar el paso a toda tentación política de lo confesional en cualquiera de sus vertientes, al tiempo que brinda las garantías para la existencia de un espacio social de gran amplitud.

La democracia debe ser la garantía de la libertad absoluta de conciencia; libertad de creer o no creer, de manifestar sus convicciones metafísicas, sin imposiciones de ningún tipo dentro de los marcos legales generales que protegen la convivencia pacífica de los individuos.

Mi alegría era inmensa. Los allí reunidos éramos una sola voz, hasta que una estampida que duró unos segundos hizo que desaparecieran casi todos los presentes. Parece que les esperaba una caja rectangular. A unos en su domicilio, a otros en lugares acondicionados para la ocasión. Empezaba una de las experiencias de marketing mejor diseñadas. Aparecía una bola redonda moviéndose, creando una atracción tan grande que los que la miraban se sentían participes en sus movimientos hasta el extremo de participar en un gran partido cuyo juego era el despiste. No sé si han dado cuenta, pero me quedé casi solo y con la palabra en la boca.

Pero mi perseverancia me decía que la capacidad de aguante supera toda contrariedad, y que siempre tenemos la posibilidad de recomenzar una vez más.

Por ello, convencido de que somos capaces de ordenar en nuestro cerebro cuales son nuestras prioridades, no tendremos el mareo que puede ocasionarnos una bola rodando sobre un verde criado artificialmente.

La educación debe ser una preocupación cardinal de los Poderes públicos, ya que gracias a ella las personas pueden llegar a hacerse dueñas de su propia libertad y superar la fatalidad y el conformismo. En particular es primordial la enseñanza sin partidismos de ninguna clase ni políticos ni religiosos, siendo ésta gratuita y obligatoria, como formadora de futuros ciudadanos y ciudadanas en igualdad de condiciones, independientemente del origen social, cultural, económico o de creencias.

La sanidad universal y gratuita para todos los ciudadanos. Un país sano es próspero y ese bienestar facilita una mejor concordia entre los ciudadanos.

Si somos capaces de dejar aparte las ideas partidistas, suprimiendo los nombramientos por unos intereses minoritarios, y dejando que los puestos de responsabilidad sean ocupados por los mejor preparados, la eficacia en las Instituciones Publicas estará asegurada.

Las relaciones internacionales deberán marcar caminos de entendimiento, por encima de interés partidistas o de grupo, económico, político o religioso, buscando en los contrarios lo que nos une, como método de trabajar por la paz, y así desterrar cualquier tipo de confrontación que conducen a la destrucción y división de los seres humanos.

Cada ser humano es un mundo pero a su vez todos los humanos y el conjunto de todo lo existente está cohesionado. Cuando alguna parte de éste desaparece, el conjunto simplemente se modifica. No hay nada que sea superior a esta ley natural a la que debemos nuestra existencia.

Los valores cívicos y democráticos básicos, así como la paz, tolerancia, solidaridad y respeto por toda la comunidad, deben impregnar todas las enseñanzas que se impartan en los centros educativos, incluidas aquellas que se refieren a la historia de las ideas y de las religiones o el arte y cuantos adelantos tenga la ciencia en cada momento.

La justicia y las leyes estarán al servicio de los ciudadanos. Nadie debe librarse de ellas en su recompensa merecida o en el pago de sus errores. Nunca debe haber caducidad en el tiempo para su correcta aplicación. Los intereses partidistas desaparecerán y con ello los odios, envidas, rencillas o intereses no esclarecidos. 

Por lo tanto, debemos manifestarnos en tener el compromiso con la defensa de los valores institucionales democráticos, que expresen los principios de la Razón, la Tolerancia y la Fraternidad. Debemos obligarnos a reflexionar acerca de los desafíos presentes y futuros de la Ciencia, Trabajo y Progreso, con el objetivo de ampliar los horizontes de bienestar y de libertad de la sociedad en su conjunto.

El trabajo es un derecho, dignifica al hombre en su conjunto, lo hace menos ocioso, se siente útil, participativo, y con ello su capacidad creativa y de reflexión hará posible el nacimiento de un hombre nuevo en una sociedad respetable y respetada.”

Una vez que Rinu ha terminado de lanzar su pensamiento lleno de alegorías y metáforas, todos los presentes cogen sus manos y engarzándose unos con otros se va creando una cadena que desde ese mismo momento queda unida en un objetivo común: trabajar con la confianza de que otro mundo sí que es posible.

Todo acontecimiento marca un antes y un después, pero no debe haber ningún escollo que pueda estrechar nuestra visión. Los odios y demás pasiones serán el enemigo de nuestra inteligencia, con ella nuestra percepción de la realidad nos aleja de la ignorancia, y así damos comienzo al principio de una gran aventura: nuestra capacidad de supervivencia contra la adversidad… Comprendiendo que aunque un día sea gris el sol no desaparecerá. 

Jesús Aznar – 18/6/2016 

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