Respetar las ideas con ética constructiva.
Desechando el veneno del odio que corroe la sociedad.
Fomentando el diálogo y la concordia.
Considerando a todos los seres humanos hijos de la madre tierra.
Perdiendo el miedo para tomar las decisiones más justas.
Sabido es que con gritos y malas formas la palabra no tiene ningún valor,
ni posibilidad de que tenga ningún eco.
Nuestros pies solo pisarían tierra quemada, sin que gemine nada.
Por eso contra el odio, hay que tender puentes.
Unir es la palabra que utiliza el sabio, sin necesidad de hacer nada.
La palabra y los pensamientos son más precisos, si van al unísono con la razón y el sentimiento que nacen de cada latido de nuestro corazón.
Si somos capaces de mover la palanca de nuestra vida con el mínimo esfuerzo, no conoceremos el cansancio.
Jesús Aznar – 3-6-2020