Somos tan vulnerables que incluso los gestos o muecas pueden influir y cambiar una acción o decisión, que modifiquen cómo puede ser nuestra vida.
Porque eres así, sí nos gustas
Cansancio, angustia, engaño, trilogía ruin que desestabilizas
las esperanzas de los que de buena fe, te depositan su confianza.
Te ocultas en un envoltorio de verbo fácil,
intentando hacernos vulnerables a todos los vientos.
Sin embargo, eres tan ordinaria en tus contradicciones,
que ni tú misma te crees esa retahíla llena de impropiedades.
Tu rostro es una pantalla de gestos y muecas que te delatan,
quieres dar apariencia de una luz que alumbre mejores tiempos,
sin darte cuenta que la corriente de tu falsa puerta te apaga.
Me das pena, te veo metida en una jaula, solitaria y desconectada.
Perdóname si te digo que tu peor enemigo eres tú misma.
Si evitas la charlatanería y las palabras injuriosas, podré comprenderte.
Yo siempre confío que cambiar sí que es posible, ser moderado y desterrar los odios.
Ese es el camino en el que tú, yo y todos, podremos encontrarnos.
Una palabra que des a otro en un momento de desconcierto y sufrimiento, puede ser la clave para superar su adversidad.
Jesús Aznar – 23-5-2019