Intolerancia antes de racismo

El miedo a lo desconocido, la ignorancia y la intolerancia nos han llevado desde la Antigüedad al odio y a las guerras.
La lucha contra el racismo tiene que empezar por uno mismo tomando el tiempo para conocer al otro, su cultura, su religión y sus costumbres.

Intolerancia antes de racismo

Ha sido un reflejo más que un instinto que tenían los hombres de las sociedades primitivas para defender a sus seres queridos, sus tierras, sus bienes, sus territorios, de los extranjeros.

Tres niveles de prejuicios se han creado a lo largo del tiempo: los prejuicios culturales, los prejuicios procedentes de las grandes religiones históricas, y los prejuicios xenófobos. Todos esos prejuicios son producto de los efectos negativos de las formas distintas de la identidad colectiva.  Son el resultado de las frustraciones sufridas por los individuos sometidos a diversos traumas de la vida social, y se les anima u organiza por las clases dominantes con regularidad.

En esas sociedades primitivas, existían prejuicios culturales.  Cada etnia o sociedad se sentía diferente de las demás simplemente porque tenía un lenguaje propio y sus propios dioses.  Lo que producía que se valoraran positivamente unas y se devaluasen otras.

Los Griegos de la Antigüedad, llamaban “Barbaros” a los extranjeros que hablaban un lenguaje incomprensible y eran considerados como inferiores.  Esos prejuicios no tenían que ver con la raza ni la etnia pero esas discriminaciones se hacían sobre unas bases religiosas y lingüísticas. 

– Los egipcios al igual que los griegos se oponían a los que no hablaban su lenguaje.
– Los romanos, por su parte, se sentían superiores a sus vecinos… su único objetivo siendo invadir los territorios ajenos.
– Los chinos de esa época, se interrogaban sobre el nivel de inteligencia de los navegadores quienes alcanzaban sus territorios, y empezaban a «comparar» a los pueblos entre ellos.


Otro tipo de prejuicio y de discriminación encontrado en el curso de la historia se construyó alrededor de las diferencias de creencia religiosa.  Las dos religiones con pretensiones universales y el judaísmo no han hecho más que reproducir las desigualdades y fueron el comienzo de innombrables masacres, las cuales continuaron los colonizadores que instauraron el racismo colonial.  Comparaban a los autóctonos con animales porque no llevaban ropas, cargaban cosas pesadas, pintaban sus cuerpos y no hablaban su idioma. 

El surgimiento del racismo tuvo lugar en el siglo 15, el de los grandes descubrimientos.  La palabra «raza» aparece en el siglo 16.  Los grandes descubrimientos tuvieron consecuencias dramáticas.

Fundamentalmente, el racismo es una visión del mundo que se niega a admitir la unidad de la especie humana y que pretende que esa especie este siempre dividida en razas superiores y razas inferiores.  La ideología racista es un producto de la historia de la colonización de las Américas, África, Asia y Oceanía, realizada desde el siglo XVI por las burguesías occidentales para sus propios intereses en nombre de la  religión.

Y en último lugar, los prejuicios xenófobos que han sido una de las formas más antiguas del odio “al que no es nuestro prójimo”.  En el siglo 19 aparece la teoría de la clasificación de las razas y por lo tanto el concepto de sub-razas. 
– La esclavitud y la segregación racial en los Estados Unidos. La abolición de la esclavitud se produjo en 1865 pese a ello en 1875, existía una ley de natalidad que requería la separación entre las razas en algunos estados de Estados Unidos, así como la prohibición de los matrimonios mixtos o entrar en lugares públicos.
– En África, algunos países han discriminado y esclavizado a algunas otras etnias.
– Adolf Hitler ha sido uno de los políticos que ha cometido más homicidios entre 1933 y 1945, con 6 millones de judíos matados y  todos aquellos «no-arios» es decir los no eslavos, los homosexuales, los opositores a los fascistas …
– Desde 1962, reina en Ruanda un odio racial entre hutus y tutsis, también relacionado con la discriminación racial, y el origen de sangrientas masacres que dejaron cientos de miles de muertos.
– Hasta en 1993, en Suráfrica, hombres y mujeres de raza negra eran colocados en guetos con cuadernos de control. 
Algunas ocupaciones coloniales sentaron las bases de una xenofobia que persiste todavía muchos años después de la descolonización; el odio hacia el extranjero que hay aparece claramente en varios países europeos tanto como asiáticos y africanos es, en cierto modo la rebelión del que está o estuvo oprimido, que ve que el “otro” se interpone en el camino de su propia realización.  El siglo 20 fue el de los genocidios:
– El genocidio de los armenios en Turquía (1914-1923) entre 800 000 a 1,5 millones de muertos.
– El genocidio de los judíos de Europa, 6 millones de muertos.
– El genocidio de los gitanos de 500 000 a 700 000 muertos.
– El genocidio de los tutsis en Ruanda (1994-1995), 800.000 muertos.
– La política de limpieza étnica en Yugoslavia (1990-1995) y la eliminación de los serbios de todos los musulmanes.
– El interminable conflicto palestino-israelí contribuye al aumento del sentimiento anti-judío en los medios árabes.
Hoy en día un creciente racismo contra los árabes. El recuerdo de los atentados del 11 de septiembre de 2001 contra los Estados Unidos se utiliza para mantener un clima de sospecha hacia los musulmanes.

El racismo divide a los que tienen el mayor interés de unirse para transformar la función principal de la sociedad.
Cicerón lo entendía y sostenía que: «Los hombres se diferencian por el saber; mas, todos son iguales por sus aptitudes para conseguir ese saber; no hay raza que, guiada por la razón, no llegue a alcanzar la virtud.»
Por lo tanto, debemos combatir los prejuicios raciales y reducir los movimientos de discriminación a diario.  Luchar contra el racismo implica saber reconocerlo en todas sus facetas:
– Los artículos; discursos; insulto o difamación con carácter racistas
– La provocación a la discriminación, al odio o a la violencia con carácter racistas
– la apología de los crímenes de genocidio, crímenes contra la humanidad: declaración que incita al público a emitir un juicio de valor que promueve o justifica un crimen de guerra o un crimen contra la humanidad.
– Cumplidos raciales.  Unos de los más comunes: “No te ves como la mayoría de la gente negra. » o «Eres muy bonita para una asiática.»
– Hablando, no digáis: “No soy racista pero…”, así demostráis que lo sois definitivamente.
– Cuando escuchéis unos comentarios racistas, protestad.

Otro método para luchar contra el racismo es en el medio escolar, donde se manifiestan desde la edad más joven las violencias de carácter racistas.   Desde el maternal, el niño desarrolla una competencia para distinguir las cosas. Es sin duda el momento más propicio para comenzar a percibir la diferencia sin tener miedo de eso ni rechazarlo.
Pero lo más importante para luchar contra el racismo, tiene que empezar por uno mismo tomando el tiempo para conocer al otro, su cultura, su religión y sus costumbres.  Solo entonces, la ignorancia, los prejuicios, el miedo, el desprecio y la exclusión ya no tendrán razón de ser. 

N. V. M. Alcide  

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